Un recargo por congestión es una tarifa adicional que imponen los transportistas a los envíos que pasan por puertos que enfrentan mucho tráfico o interrupciones inesperadas. Este recargo ayuda a los transportistas a cubrir los costos adicionales que tienen que pagar debido a las estadías más prolongadas de los buques y más manejo en puertos con desafíos logísticos.
Dichos recargos generalmente se imponen en respuesta a eventos imprevistos, como condiciones climáticas adversas, huelgas laborales o daños a la infraestructura portuaria, que contribuyen a la congestión. El recargo incluye costos como combustible, mantenimiento y otros costos operativos que los transportistas deben pagar mientras los buques esperan para atracar y descargar. El recargo también tiene como objetivo incentivar a los cargadores a utilizar otros puertos menos congestionados para sus envíos, lo que puede ayudar a reducir la presión sobre los puertos congestionados.